El 12 de octubre de 1994 se perdió contacto con la sonda Magallanes al zambullirse en la atmósfera del planeta Venus tras 4 años de mapeo.

El propósito fundamental de esta misión, era el mapear a través de un sistema de radar la superficie de este planeta, envuelto en una densa e impenetrable atmósfera a instrumentos ópticos comunes. Previamente, otra sonda, Pionero-Venus, había realizado un ensayo de este procedimiento con excelentes resultados. Magallanes habría de insertarse en órbita del planeta y durante cuatro años configuró un relieve de la superficie del planeta en un 98%, permitiendo a investigadores por primera vez reconocer importantes características geológicas del mismo.