Ciertamente la presencia de las manchas solares varía en un ciclo de 11 años.
Por Antonio Sánchez Ibarra, USON
La vigilancia del Sol que se mantiene en el Observatorio Solar “Carl Sagan”, se ha convertido en una lenta y paciente espera en un ámbito de inactividad record. Nuestra estrella, el Sol, mantiene un notable bajo nivel de actividad que no se manifestaba en esta forma desde el año 1913.
A pesar de los pronósticos de que la presencia de manchas solares debía incrementarse desde el 2008, el número de días sin ellas se ha incrementado. En 2008, 266 días o el 73% del año, el disco solar se presentó totalmente limpio.
Ciertamente la presencia de las manchas solares varía en un ciclo de 11 años.
En las epocas del máximo del ciclo, pueden ser contadas hasta 200 manchas solares individuales en el disco solar. En cambio, durante el mínimo, pueden pasar días o semanas sin que se presente alguna mancha solar.
Las manchas son el resultado de gigantescos campos magnéticos que se producen en el interior del Sol y que, al emerger a su atmósfera superior, provocan el descenso de temperatura en esa región, disminuyendo de 6000 a 4200 grados. La mancha perdura mientras el campo magnético se mantiene intenso.
Con las manchas están asociadas las llamadas tormentas solares, que ocurren al moverse los campos magnéticos de las mismas. Tales tormentas repercuten en nuestro planeta produciendo auroras boreales, alteraciones del campo magnético terrestre, interferencia en las comunicaciones de onda corta y telefonía celular y averías en satélites en órbita de la Tierra e incluso riesgos para los astronautas que viven en la Estación Espacial Internacional.
Son 23 los ciclos que se han observado desde que Galileo Galilei inició las observaciones del Sol con un telescopio.
Por ejemplo, el mínimo del ciclo 22 ocurrió en agosto de 1996. Durante prácticamente un mes el Sol no presentó manchas, pero luego comenzaron a aparecer e incrementar su número hasta que llegó el nuevo ciclo 23 a su máximo el año 2001. Luego, tal número comenzó a declinar lentamente.
Sin embargo, el descenso de este ciclo también fue turtuoso. Repentinamente, en épocas que se suponía la actividad ya debía ser poco intensa, se presentaban subitamente tormentas solares con grupos de manchas muy activas.
De acuerdo a los pronósticos, el mínimo del ciclo 23 debería ocurrir entre 2007 y 2008, para comenzar a aparecer las manchas del nuevo ciclo número 24. Sin embargo, a pesar de que ocasionalmente han aparecido manchas del nuevo ciclo, estas han sido de poca duración y sin manifestar actividad importante.
Hasta el 31 de marzo del presente año, 78 de los 90 días el Sol se mantuvo de nuevo limpio de manchas.
El programa continuo de registro y vigilancia de la actividad solar que mantiene el Área de Astronomía del DIF-US con el Observatorio Solar “Carl Sagan” desde 1990, se ha tenido que concretar a revisar actividad sutil como la que ocurre en las prominencias solares o chorros que son proyectados en las regiones polares del Sol.
El mismo Programa de Observadores Solares Vitruales que promueve el Área de Astronomía, se ha visto perturbado, al no poder entrenar a los participantes en la observación solar remota que se transmite a través de @stro tv Observación diariamente.
El programa lanzado en 2007, preveía entrenar “in situ” a los participantes en momentos de actividad solar. Al estar ausente tal actividad, la mayoría de la capacitación ha tenido que centrarse en aspectos teóricos, posponiendo la práctica observacional.
Algunos autores han planteado hipótesis sobre consecuencias de esta baja de actividad solar en relación con el clima terrestre. Sin embargo, es muy pronto aún para poder establecer relaciones y considerar los efectos de este profundo período de actividad solar.
También se ha especulado si estaríamos ante un posible Mínimo de Maunder, en referencia a un período de 1645 a 1715 en el cual los ciclos de manchas desaparecieron y que se asocia con la llamada pequeña Edad del Hielo, que provocó crudos inviernos en Europa y América del Norte.
Sin embargo, también es demasiado pronto para poder establecer que un período similar se este produciendo.
Por lo pronto, la espera deberá continuar ante la expectativa del inicio de actividad de manchas y, además, el cómo influirá en el próximo máximo que debería ocurrir el año 2012. La gran pregunta es si este profundo mínimo es indicador de que el máximo será mucho menor o más violento que los anteriores.
Antonio Sánchez Ibarra.