El 14 de enero llega a Titán la que se considera la exploración más ambiciosa del hombre en el sistema solar.
¿A qué vamos? Albert Einsten alguna vez expresó que no hay mayor motivación para la inventiva del hombre, que el misterio. Bendito misterio. Primero, el hombre primitivo volteaba al cielo y a simple vista trataba de entender el misterio de las pequeñas luces que titilaban en el cielo; Después, la inventiva hizo que el telescopio apareciera en forma de un modesto cilindro de una pulgada de diámetro con unas imperfectas lentes que aun así permitieron a Galileo impresionar al mundo. Pero el hombre quería más. Con el paso del tiempo, sofisticados telescopios aparecieron, siempre tratando de aclarar el misterio: ¿Qué hay más allá?
La ciencia avanzó de tal modo que puso en órbita un telescopio espacial, cuyo nombre se debe al científico que descubrió que el universo se expande, Edwin Hubble. Ahora, había que poner una máquina allí, en el lugar exacto: En Saturno y en Titán, la única luna del sistema Solar con atmósfera y de la que se piensa podría poseer las características idóneas para la formación de la vida. La historia se seguirá escribiendo.
Pues nada, que resulta que un artilugio espacial, compuesto de un orbitador llamado Cassini y de una sonda llamada Huygens, portentoso en tecnología, diseñado por los terrícolas, financiado por los Estados Unidos y la Agencia Espacial Europea, anda por las alturas siderales llegando a Saturno y que después de siete años, visita de manera especial —el 14 de enero llega—a uno de los satélites más grandes del sistema solar: Titán, del que se dice tiene atmósfera prebiótica y por lo tanto, nitrógeno, metano, argón y otras delicias que hacen el sueño húmedo de cualquier exobiólogo. Extraño a Sagan. Snif. Ahora mismo el maestro anduviera cruzando apuestas sobre la posibilidad de encontrar en Titán toda una fauna variopinta de animalejos.
Esta máquina fue lanzada desde nuestro planeta, mediante un cohete llamado Titán IV/Centauro el 15 de octubre de 1997, ejecutando como empuje gravitatorio dos tránsitos a Venus, uno a la Tierra y finalmente, impulsándose a Júpiter, donde vuelve a tomar vuelo y ¡órale! a siete años de haber salido de nuestra órbita llega al misterioso, bello, fascinante y más intrigante planeta de nuestro vecindario: Saturno, El Señor de los anillos, viajando la friolera cantidad de 3,200 millones de km. (contados desde mi casa).
Aquí tengo que hacer un comercial: ¿Se han preguntado porqué se llama Misión a Saturno Cassini-Huygens? Seguramente lo saben, ya que son muy inteligentes, pero por si acaso hubiera alguien que no lo supiera (yo mero) aquí doy una posible pista. La misión lleva el nombre de dos astrónomos que en su tiempo y aun hoy, asombran por sus aportaciones a la ciencia de la astronomía.
Gian Domenico Cassini (1625-1712) fue un astrónomo italiano, nacionalizado francés que tuvo la gracia de descubrir las lunas de Saturno Japeto (1671), Rea (1672), Tetis (1684) y Dione (1684). En 1675 detectó el espacio oscuro que separa los anillos A y B de Saturno y que lleva su nombre, división de Cassini.
¿Qué tal? ¿Y que me dicen del Señor Huygens (1629-1695)? Este era un genio del tamaño del miedo. El rey Luis XIV ya ejercía con denuedo la captura de cerebros, por lo que seduce a este matemático holandés, experto en el diseño y pulido de lentes para que vaya a Francia a encargarse de la vida científica del reino. Se dice que con las lentes que Huygens pulió y mejoró, nadie había visto de manera semejante el cielo. —¿Verdad Orión?— Curiosamente, ahora con la sonda que lleva su nombre se verán detalles que nadie ha visto jamás por los rumbos saturninos. Incluso, Huygens fue el que indicó que la “aureola” alrededor de Saturno, descrita por aquel otro monstruo, Galileo, consistía en realidad en grandes anillos. Además, pero por supuesto que Huygens descubrió Titán.
Bien, la Misión Cassini-Huygens, es uno de los más ambiciosos proyectos jamás enviados al espacio, así que ya se imaginarán el nivel de la tecnología de este aparatito que podría alcanzar una velocidad de hasta 55,000 km/h., de 2.7 metros de diámetro y 319 kilogramos de peso y que tiene, el proyecto en conjunto, un valor monetario de 3000 millones de dólares; Tomará, en teoría, 300,000 fotografías que serán enviadas a un satélite orbital a la Tierra y de ahí a las instalaciones del Jet Propulsión Laboratory, en Pasadera California..
¿Qué hace tan atractivo que se planee y se ejecute un viaje tan lejano y costoso? De hecho, el objetivo de la misión, si podemos resumirlo sería precisamente el poder realizar estudios detallados de la atmósfera de Saturno, sus anillos y su magnetosfera, así lo mismo para su satélite más grande.[1] El que Titán posea una atmósfera prebiótica —única en el sistema solar— hace suponer a los científicos que hay elementos que pudiesen ayudar a encontrar datos sobre el origen de la vida. Las atmósferas prebióticas son aquellas que presentan características “antes de que exista vida”.
El director del departamento de Soporte Científico y de Investigación de la Agencia Espacial Europea (ESA), Álvaro Jiménez, dijo que “la atmósfera de Titán, el satélite más importante de Saturno, es similar a la que existió en la Tierra en sus inicios y que originó la vida”.
La pregunta es: ¿La misión valdrá la pena? Tal vez la respuesta nos la de uno de los científicos más cercanos al proyecto, Jonathan Lunine.. El científico es entrevistado por la revista Astrobiology Magazine donde se da el siguiente diálogo entre él y el reportero.
Astrobiology Magazine (AM) Titán ha sido descrito como un potencial laboratorio prebiótico, y aún más, como un lugar en el que estudiar qué tipo de química podría haber tenido lugar en la Tierra antes de la aparición de la vida. Actualmente no hay forma en la Tierra, incluso analizando las rocas más antiguas, de averiguar esa historia prebiótica. ¿Qué nos debería hacer pensar que lo que vamos a ver en Titán nos va a decir algo sobre la Tierra primitiva, dado lo distante de ambos mundos en el sistema solar?
Jonathan Lunine (JL): Supongo que es cuestión de sacar partido. Imagine que quiere ir a un determinado concierto de rock, pero se han agotado las entradas, así que no puede asistir. Puede volverse a casa y no hacer nada más, o intentar encontrar la siguiente mejor opción, que pudiera ser una muy buena copia del concierto que deseaba ver, lo cual siempre será mejor que quedarse en casa. Creo que esta es la situación con Titán.[2]
Por lo tanto, Queremos rock y esperamos que sea un clásico de Elvis y no nos vayamos a quedar bailando al compás de Despeinada, ja já, ja já.
Desde esta columna que ama los misterios, hasta la próxima.
Con información de:
1. http://www.californiasciencecenter.org/Exhibits/AirAndSpace/MissionToThePlanets/Cassini/Cassini.php
2. http://saturn.jpl.nasa.gov/home/index.cfm
3. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_4125000/4125119.stm
4. Para saber más: http://www.esa.int/SPECIALS/Cassini-Huygens/SEMXYGQ3K3E_0.html
[1] Misión Cassini-Huygens:
1. Determinar la estructura tridimensional y el comportamiento dinámico de los anillos;
2. Determinar la composición de las superficie.
3. Determinar la naturaleza y el origen del material oscuro en el hemisferio principal de Iapetus;
4. Medir la estructura tridimensional y el comportamiento dinámico de la magnetosfera;
5. Estudiar el comportamiento dinámico de la atmósfera de Saturno en el nivel de la nube;
6. Estudiar la variabilidad del tiempo de las nubes
7. Especificar las características de la superficie de Titán en una escala regional.
[2] http://astrobiologia.astroseti.org/astrobio/articulo.php?num=1378
Misión a Saturno Cassini-Huygens
El Perplejo Sideral
elperplejo@astronomos.org
Sociedad Astronómica del Planetario Alfa
Revista Polaris de la SAPA
www.astronomos.org
12 de enero de 2005