Los cometas son objetos fríos y congelados que los astrónomos esperan con ansia. Sus órbitas suelen ser muy extendidas y pueden tardar muchísimo tiempo en completar su revolución alrededor del Sol. Algunos pueden tardar casi 1 millón de años en volver. El primer cometa cuyo retorno se anunció fue el cometa de Edmund Halley, pero ni siquiera él vivió para verlo nuevamente, pues su período es de 76 años. Uno de los cometas más estudiados está por visitar la Tierra nuevamente. Después del cometa Halley, ningún otro cometa ha sido tan estudiado como éste: es el cometa Encke.
Ningún otro cometa tiene una órbita tan pequeña como la del Encke. Su período es de sólo 3.3 años. La cercanía al Sol ha hecho que casi todo su hielo se haya sublimado y por eso se considera que el Encke es un cometa pobre en gas y rico en polvo.
El cometa –regularmente oscuro y pequeño- se “despierta” soltando una bocanada de gas y polvo cada vez que pasa por el perihelio (su punto más cercano al Sol) y esto sucederá el próximo 29 de diciembre de 2003. Sin embargo, la geometría planetaria hace que su punto más cercano a la Tierra sea el 17 de noviembre y en más de 60 años –desde 1937-, el cometa Encke no había estado tan favorablemente posicionado para nosotros (Hemisferio Norte) como ahora, a menos de 40 millones de km.
A pesar de su cercanía próxima, el cometa Encke no será visible a simple vista, pero su brillo deberá ser suficiente para observarlo con unos binoculares en una noche oscura. Sólo hay que saber dónde buscarlo.
Generalmente si el perihelio del cometa sucede entre noviembre y enero, los habitantes del Hemisferio Norte de la Tierra tienen una vista privilegiada y cuando el perihelio acontece entre mayo y julio, es el Hemisferio Sur el favorecido. En 1997, el cometa estuvo a 28.5 millones de km de la Tierra y visible en el Hemisferio Sur.
UN POCO DE HISTORIA
El cometa Encke es muy escurridizo. Fue descubierto por el astrónomo francés Pierre Méchain el 17 de enero de 1786 y desde entonces, se ha observado su retorno en casi 60 ocasiones. Debido a que el cometa regresa al Sol cada 3.3 años, la geometría Sol-Tierra-Cometa se repite aproximadamente cada 10 años. Por eso fue que el cometa “se perdió” 11 años hasta 1795, cuando Caroline Herschel creyó descubrir un cometa nuevo, el 7 de noviembre. En esa ocasión el cometa pasó a tan menos de 40 millones de km y era apenas visible a simple vista. Sólo fue visible 3 semanas y los registros no fueron suficientes como para calcular su órbita.
En su siguiente retorno favorable 3 hombres lo redescubrieron independientemente: Pons, Huth y Bouvard, el 20 de octubre de 1805, pero tan fugaz fue la observación que el cometa se perdió nuevamente sin arrojar información sobre su enigmática órbita. Hasta 1818 en escrupuloso estudio dejó entrever que se trataba de un cometa con una órbita extraordinariamente pequeña. Su re-descubridor fue Jean Louis Pons, el 26 de noviembre de 1818, pero él no pudo reconocerlo. Es Johann Franz Encke quien es considerado el “padre” de este cometa, pues él realizó los cálculos que demostraron que éste era el mismo cometa observado en 1786, 1795, 1805 y 1818. Así, Encke no vaciló en pronosticar su retorno el 24 de mayo de 1822. 3.3 años después, el cometa le dio la razón. El mundo celebró que un muchacho tan joven (27 años) pudiera hacer un cálculo tan preciso y a pesar de que Encke nunca consideró al cometa “suyo”, su nombre fue asignado al singular cometa. Los siguientes 40 años Encke siguió estudiando el movimiento del cometa, pero aún hasta su muerte, Encke se refería a él como el “cometa de Pons”. Irónicamente, Encke nunca vio su cometa.
Desde entones, los astrónomos han seguido de cerca su trayectoria. Sólo en agosto de 1944 el cometa no pudo ser recuperado, a causa de la guerra.
El Encke es el único cometa que ha sido fotografiado en cualquier punto de su órbita, incluyendo en el afelio (punto más alejado del Sol), en 1913 y en 1972.
En su afelio, el cometa Encke está a 613 millones de km del Sol y cuando se acerca al Sol, en el perihelio está a sólo 50.5 millones de km, por dentro de la órbita de Mercurio. El cometa pasa tan frecuentemente cerca del Sol que está casi agotado y desprende poco gas. Normalmente cuando un cometa “fresco” se acerca tanto al Sol, despliega una gran cauda, pero el cometa Encke está tan “seco” que apenas se forma una nube a su alrededor.
DONDE BUSCARLO
Con un brillo de magnitud 9, el cometa ya es visible con binoculares en la constelación del Cisne (Cygnus), temprano en la noche y será localizable en las siguientes 2 semanas. Se recomienda buscarlo en un lugar oscuro, lejos de la ciudad. Su creciente cercanía lo hará cada vez más brillante y algunos pronostican que alrededor de diciembre 5 será apenas visible a simple vista.