LA NOTICIA

—El día 24 de agosto se define— El sistema solar podría tener 12 planetas en lugar de 9 si se aprueba un proyecto de resolución presentado ante la unión astronómica internacional (IAU en inglés). La definición de un planeta ha sido desafiada en los últimos años al hallarse cuerpos celestes en las afueras de nuestro sistema solar. Prominentes astrónomos presentaron estudios para elevar a la categoría de planeta a nuevos cuerpos celestes. Pero también Plutón podría perder su categoría de planeta.

El nuevo Sistema Solar, si se aprueba la resolución, contaría con los siguientes planetas, en orden de cercanía al sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Ceres, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón y Caronte, 2003 UBS 313.

UN POCO DE HISTORIA

Bienvenidos al Sistema Solar.

Una cosa que he aprendido en una larga vida es que toda nuestra ciencia, comparada con la realidad es primitiva e infantil, pero es lo más precioso que tenemos.
Albert Einstein

Pues cuántos son pa´ no contarlos, decimos en el norte. ¿Qué les parece nuestro Sistema Solar? Carl Sagan calculó que el número probable de planetas del universo podría llegar a ser de hasta 10,000 trillones, un número absolutamente inimaginable. “Si estuviéramos insertados al azar en el universo —escribió Sagan— , las posibilidades que tendríamos de estar en un planeta serían inferiores a mil trillones de millones. Es decir, 1033 —Los mundos son muy valiosos”— termina diciendo.

La cuestión es que el Sistema Solar es mucho más grande lo que pensamos. Ninguno de los mapas que conozcamos está dibujado ni siquiera remotamente a escala. Y Neptuno está lejísimos. Cinco veces más que la distancia que separa a Júpiter de la tierra. Aunque pegáramos montones de páginas no se podría aproximar siquiera a la escala. En un dibujo a escala del Sistema Solar, con la tierra del tamaño de un chícharo, estaría a 300 metros de distancia y Plutón a 2500 metros y sería del tamaño similar al de una bacteria. En la misma escala, Próxima Centauri estaría a 16,000 km de distancia.

En tiempos recientes se han descubierto un montón de lunas en varios planetas de nuestro Sistema Solar. La verdad es que ni siquiera sabemos en realidad todo lo que hay ahí afuera..

Hoy los astrónomos pueden hacer las cosas más asombrosas. Si alguien pudiese encender un cerillo en alguna parte de la Luna, podrían localizar la llama.

De los latidos y tembelequeos de las estrellas más remotas pueden deducir el tamaño e incluso la habitabilidad de planetas tan lejanos que tomaría medio millón de años llegar a ellos desde nuestra parcela de tiempo y espacio llamado Tierra.

Los astrónomos pueden captar medidas de radiación ridículamente leves con sus radiotelescopios que en la cuantía total de energía recogida del exterior del Sistema Solar por todos ellos juntos desde que iniciaron la recolección en 1951 es menos que la energía de un solo copo de nieve al dar en el suelo, en palabras de Sagan.

Antes de 1978 nadie había reparado en la Luna de Plutón

En suma, de todas las cosas que pasan en el universo, pocas son las que no puedan descubrir los astrónomos si se lo proponen. Por eso, resulta más notable que hasta 1978 nadie hubiese reparado nunca en que Plutón tenía una luna. En el verano de ese año un joven astrónomo llamado James Christy, del Observatorio Naval de Estados Unidos, en Arizona, estaba haciendo un examen rutinario de imágenes fotográficas de Plutón y concluye que había algo allí. Sí, se trataba de una cosa borrosa e imprecisa pero claramente diferenciada de Plutón. Consultó a un colega llamado Robert Harrington y llegó a la conclusión de que lo que se veía allí era una luna. Y no era una luna cualquiera. Era la luna más grande del Sistema Solar en relación con su planeta.

Plutón pidió siquiatra. La verdad es que esto fue un duro golpe para el status de Plutón como planeta, que en realidad había sido siempre bastante modesto, y ya metido en estas cuestiones, el tamaño sí importa.

Como hasta entonces se había creído que el espacio que ocupaba aquella “segunda piel” y el que ocupaba Plutón era el mismo, el descubrimiento significó que Plutón resultaba mucho más pequeño de lo que nadie había sospechado. Recomiendo el artículo de Lonnie sobre Plutón.

Ahora bien, esto nos plantea el interrogante de porqué los astrónomos se tardaron tanto tiempo en descubrir una luna en nuestro Sistema Solar. La respuesta es que se debe, por una parte, a que todo depende de adonde apunten los astrónomos con sus instrumentos y, por otra, a lo que sus instrumentos pueden llegar a ver.

En palabras del astrónomo Clark Chapman: “la mayoría de la gente piensa que los astrónomos se van de noche a sus observatorios y escrutan el firmamento. Eso no es verdad. Casi todos los telescopios que tenemos en el mundo están diseñados para ver sectores pequeñísimos del cielo perdidos en la lejanía, para ver un cuasar, para localizar agujeros negros o para contemplar una galaxia remota. La única red auténtica de telescopios que recorrer cielo ha sido diseñada y construida por los militares”.

Lo que pasa es que estamos mal acostumbrados por las bonitas y atractivas versiones de dibujantes y pintores que plasman con mucha maestría una claridad de reSolución que no existe en la astronomía actual. —¡Y están los que usan el Photoshop! Jeje—.. Además, por supuesto, por las caricaturas tan atractivas como las que Trino nos muestra en sus Crónicas Marcianas.

¿Es Plutón un planeta?

En cuanto al propio Plutón, nadie está completamente seguro del todo de cuál es su tamaño, de qué está hecho, que tipo de atmósfera tiene e incluso de lo que es realmente. ¿Es un planeta? Muchos astrónomos creen que no es en modo alguno un planeta, que sólo es el objeto de mayor tamaño que se ha localizado hasta ahora en una región de desechos galácticos denominada Cinturón de Kuiper.

El cinturón de Kuiper fue postulado, en realidad, fue un astrónomo llamado F.C. Leonard en 1930, pero el nombre honra a Gerard Kuiper un holandés que trabajaba en Estados Unidos y que fue quien difundió la idea.

El cinturón de Kuiper es el origen de lo que llamamos cometas de periodo corto (los que pasan con bastante frecuencia o regularidad), el más famoso de los cuales es el cometa Halley.. Los cometas de periodo largo, que son más tardados —Hale-Bopp y Hyakutake— proceden de la nube de Oort, mucho más alejada.

No cabe la menor duda de que Plutón no parece ser pariente de los demás planetas

No sólo es pequeño y oscuro, sino que es tan variable en sus movimientos que nadie sabe con exactitud dónde estará dentro de unos días. Mientras los otros planetas orbitan más o menos en el mismo plano —planeta, también viene de plano—, la trayectoria orbital de Plutón se inclina, digámoslo así hacia afuera de la alineación en un ángulo de 17 grados, como el ala de un sombrero garbosamente inclinado en la cabeza de alguien.

Su órbita es tan irregular que, durante períodos sustanciales de cada uno de sus Solitarios circuitos alrededor del Sol, está más cerca de la tierra que Neptuno. En la mayor parte de las décadas de los 80 y los noventa, Neptuno fue el planeta más remoto del Sistema Solar. Hasta el 11 de febrero de 1999, no volvió Plutón al carril exterior, para seguir allí los próximos 228 años.

De manera que, si Plutón es un planeta, es un planeta bastante extraño

Es muy pequeño: un cuarto del uno por ciento del tamaño de la tierra.. Significa que nuestro sistema planetario está formado por cuatro planetas internos rocosos, cuatro gigantes externos gaseosos y Plutón, una pequeña y Solitaria bola de hielo.

Por si fuera poco, hay evidencias y motivos de sobra para estimar que podemos encontrar otras esferas de hielo, mayores incluso que Plutón. Entonces, tendríamos un problema. A partir del descubrimiento de Plutón se ha puesto énfasis y puntería en esta parte del ciento. Desde el año 2002, se habrían detectado más de 600 objetos transneptunianos o Plutinos, cómo se llaman indistintamente. Uno de ellos, llamado Varuna, es casi del mismo tamaño que la luna de Plutón.

Los astrónomos creen ahora que puede haber miles de millones de esos objetos. El problema es que muchos de ellos son nuevos y oscuros. Suelen tener un albedo (reflectividad) característico de sólo el cuatro por ciento, aproximadamente el mismo que un montón de carbón y, por supuesto, esos montones de carbón están a más de 6000 millones de kilómetros de distancia.

Estarás enterado de que el nombre “espacio” es bastante acertado para describir todo lo que hay afuera. Es muy posible que nuestro Sistema Solar sea lo más animado, interesante que hay en miles y miles de millones de kilómetros alrededor de nuestro planeta.

Imagina que el Sol, los planetas, las lunas, los 1000 millones de piedras que giran en el cinturón de asteroides, los cometas y demás detritus a la deriva ocupan menos de una billonésima parte del espacio disponible.

Plutón suele ser el último objeto sideral que muestran los libros y mapas de enseñanza escolar, pero el Sistema Solar no termina allí. No llegaremos hasta el borde del Sistema Solar hasta que hayamos cruzado la llamada Nube de Oort, un vasto reino celestial de cometas a la deriva, y no llegaremos hasta allí durante otros 10,000 años. Plutón es apenas una 50 milésima parte del trayecto.

Hasta donde sé, ni siquiera con el Telescopio Espacial Hubble –este autentico vouyerista sideral — se puede ver el interior de la nube de Oort, así que no podemos saber con exactitud qué es lo que realmente se encuentra allí. Lo podemos imaginar. La cosa es que los astrónomos calculan que la medida de la nube debe de medir alrededor de dos años luz.

Hay quienes creen que siendo el Universo un lugar grande y Solitario, bien le vendría a la Tierra conseguirse todos los vecinos que se puedan. Peeeero, hay quienes opinan que ni siquiera Plutón es planeta. En unos días los astrónomos reunidos en Praga, tomarán una determinación. Hagan sus apuestas.

Desde esta parcela que parece que se consigue nuevos vecinos, os saluda
El perplejo sideral.